Terapia con masajes para el cáncer de mama

Se ha demostrado que los masajes aportan importantes beneficios a las personas sometidas a tratamiento contra el cáncer.
 

El masaje es un método de manipulación de los tejidos blandos del cuerpo con las manos. El masaje puede incluir diversos tipos de presión y manipulaciones. Un masaje puede ser ligero al centrarse en la piel, o profundo, al centrarse en las capas subyacentes del tejido muscular.

Los estudios han demostrado que el masaje puede ofrecer algunos beneficios para la salud de las personas con cáncer. 

El masaje es útil para reducir los efectos secundarios comunes del cáncer de mama, entre ellos:

Las investigaciones demuestran que los masajes también pueden reforzar el sistema inmunitario y mejorar el sueño.

 

Tipos habituales de masaje

Hay muchos tipos de masaje utilizados en todo el mundo, pero algunos son más comunes que otros, entre ellos: 

Masaje sueco

El masaje sueco utiliza movimientos largos y fluidos con una ligera presión para estimular la circulación sanguínea y relajar todo el cuerpo. Es el tipo de masaje más común en el mundo occidental. 

Masaje de tejido profundo

El masaje de tejido profundo utiliza una presión más intensa y sostenida para tratar el dolor musculoesquelético. Algunas personas experimentan molestias durante un masaje de tejido profundo, pero es ideal para aliviar la tensión en lo más profundo de los músculos y tejidos conectivos. El masaje de tejido profundo no suele recomendarse a las personas sometidas a tratamiento del cáncer de mama. 

Masaje de drenaje linfático

El masaje de drenaje linfático (a veces denominado drenaje linfático manual) pretende liberar suavemente el líquido linfático acumulado en los tejidos y trasladarlo a los ganglios linfáticos, donde será reabsorbido. 

 

¿Qué tipo de masaje debo recibir si tengo cáncer de mama?

Los tipos de masaje más suaves, como el masaje sueco, son los más seguros para las personas sometidas a tratamiento del cáncer de mama. Si acabas de someterte a una intervención quirúrgica o estás recibiendo radioterapia o quimioterapia, considera la posibilidad de preguntar a tu médico qué zonas debe evitar tu masajista.

El masaje profundo, o cualquier tipo de masaje que implique una fuerte presión, NO debe utilizarse si te estás sometiendo a quimioterapia y radioterapia. La quimioterapia puede provocar una disminución de los glóbulos rojos y blancos y aumentar el riesgo de hematomas. Dado que el masaje profundo puede ser agotador para un sistema ya vulnerable por la quimioterapia y la radioterapia, no se recomienda para las personas que estén en tratamiento. En su lugar puede utilizarse un masaje ligero.

Si estás recibiendo radioterapia, el masajista debe evitar tocar la piel sensible de la zona tratada. Los masajes y los aceites para masaje pueden empeorar la piel ya irritada por el tratamiento. El terapeuta también debe evitar tocar cualquier marca temporal que se esté utilizando para indicar el campo de tratamiento con radiación. Si no tienes irritación cutánea en la zona de tratamiento, cualquier masaje en esta zona debe hacerse muy suavemente con una toalla o paño suave.

Si tienes un dispositivo implantado (como un puerto), el masajista debe evitar la zona. Indícale exactamente dónde está implantado el dispositivo.

Si tienes alguna herida de incisión que aún esté cicatrizando, tu masajista debe saber dónde está para poder evitar la zona. 

Si tienes linfedema en el brazo, el masajista debe evitar por completo las zonas afectadas del brazo y la axila. La terapia de masaje tradicional puede empeorar el linfedema. En su lugar, tú debes solicitar un masaje de drenaje linfático manual. Busca un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional o un masajista formado y certificado en drenaje linfático manual para tratar tu linfedema. 

Si padeces una neuropatía periférica (entumecimiento u hormigueo en las extremidades), informa a tu masajista para que pueda adaptar el tratamiento adecuadamente. 

Masaje después de una mastectomía

Si acabas de someterte a una operación de mama (incluida la mastectomía), deberás tumbarte boca arriba para recibir el masaje hasta que el médico decida que puedes ubicarte boca abajo de manera segura.

Si te extirparon los ganglios linfáticos, el masajista solo debe aplicar toques muy suaves en el brazo afectado y en la zona de la axila. Si tu médico te ha informado de que tienes riesgo de linfedema, solo debes trabajar con un masajista formado en técnicas de drenaje linfático. 

 

Investigación sobre el masaje en personas con cáncer de mama y otros tipos de cáncer

Los estudios han demostrado que el masaje ofrece beneficios tanto físicos como emocionales a las personas con cáncer de mama.

Un estudio realizado en 2017 en la Universidad de Emory (en inglés) demostró que la terapia de masaje disminuye la fatiga por cáncer. En el estudio participaron 66 mujeres con cáncer de mama que experimentaban fatiga relacionada con el cáncer tras someterse a cirugía más radioterapia y/o quimioterapia. Las mujeres recibieron o bien un masaje sueco semanal, o un masaje ligero semanal, o bien fueron incluidas en una lista de espera durante un periodo de seis semanas. Las mujeres que recibieron masaje sueco manifestaron una mayor mejoría de la fatiga que las de los otros grupos.

Un estudio realizado en 2003 en la Universidad de Minnesota (en inglés) comparó los efectos del masaje de toque curativo (una práctica en la que las manos del terapeuta están por encima del cuerpo o lo tocan muy ligeramente) con la presencia cariñosa de un médico o una enfermera (sin ninguna terapia de toque) en 230 personas que padecían cáncer. En este estudio, los investigadores descubrieron que, si bien tanto el toque curativo como el masaje disminuían la ansiedad y el dolor, el masaje también reducía la necesidad de tomar analgésicos.

En un estudio de cinco semanas realizado en la Universidad de Miami en 2003 (en inglés), se compararon la terapia de masaje y la de relajación muscular progresiva en 58 mujeres con cáncer de mama en estadio I y II. Ambos grupos declararon sentirse menos ansiosos, y el grupo de masaje también dijo sentirse menos deprimido. El grupo del masaje también mostró mayores niveles de una sustancia química cerebral llamada dopamina, que ayuda a producir una sensación de bienestar. 

Además, en el grupo de masaje se produjo un aumento de los glóbulos blancos protectores que ayudan a reforzar el sistema inmunitario (denominados linfocitos citolíticos naturales) desde el primer hasta el último día del estudio.

 

Requisitos para ser masajista

Si estás recibiendo tratamiento para el cáncer de mama, es importante encontrar un masajista titulado que tenga experiencia con pacientes de cáncer de mama. Dado que muchos centros oncológicos están conectados con programas que ofrecen masajes terapéuticos, pide recomendaciones a tu médico. Si estos programas están en tu zona, considera la posibilidad de ponerte en contacto con posibles masajistas para hablar de tus necesidades. 

A continuación, te presentamos algunas cuestiones que tener en cuenta:

¿Cuántas horas de formación ha completado el terapeuta? Muchos estados exigen que los masajistas tengan un mínimo de 500 horas de formación para obtener el certificado. Aunque los requisitos varían según el estado, busca un terapeuta que haya recibido al menos 500 horas de formación.

¿El terapeuta tiene experiencia con pacientes de cáncer de mama?

¿El terapeuta tiene licencia o certificación? Si el terapeuta tiene licencia, las iniciales LMT (Licensed Massage Therapist, terapeuta de masaje con licencia) o LMP (Licensed Massage Practitioner, masajista con licencia) aparecerán después de su nombre. En los estados que no ofrecen licencias, la cualificación mínima que debes buscar es CMT (Certified Massage Therapist, terapeuta de masaje certificado).

Para encontrar un masajista cualificado en tu zona y consultar una guía estatal sobre formación y experiencia de los masajistas, visita estas organizaciones:

 

Qué esperar de una sesión de masaje típica

Cuando acudas a tu cita, el masajista te preguntará si tienes alguna lesión o problema de salud. Esto le ayuda a determinar el tipo de masaje más adecuado para ti, así como las zonas que debe evitar.

Dependiendo del lugar, podrás tumbarte en una camilla o sentarte en una silla para recibir el masaje.

  • Si eliges un masaje en camilla, te llevarán a una sala privada y te pedirán que te desvistas total o parcialmente y que te cubras con una manta.

  • Si eliges un masaje en silla, normalmente no tendrás que quitarte la ropa.

El masajista puede utilizar aceites o lociones sobre la piel y almohadas para apoyar distintas zonas del cuerpo. Si eres alérgica a algún ingrediente habitual de los aceites o lociones corporales, comunícaselo al terapeuta.

No dudes en decirle a tu masajista si el nivel de presión es demasiado fuerte. Si sientes alguna molestia, pídele que te masajee con más suavidad.

Un masaje típico dura aproximadamente una hora, aunque las sesiones pueden oscilar entre treinta y noventa minutos.

— Se actualizó por última vez el 21 de diciembre de 2024, 18:00