Ansiedad y cáncer de mama (seno)
La ansiedad es la inquietud, el miedo y el temor provocados por el estrés. Aunque cierto grado de ansiedad es una respuesta normal al estrés que puede producir el cáncer de mama, si llega a interferir en tu vida diaria, puede perjudicar tu salud general.
Cuándo puedes sentir ansiedad
La ansiedad es una respuesta común a las incógnitas sobre el diagnóstico de cáncer de mama o el plan de tratamiento. Puedes sentirla mientras esperas un diagnóstico o los resultados de pruebas o análisis. Es posible que te preocupe empezar un nuevo tratamiento, porque no sabes si dará resultados o si te hará sentir mal. Puede preocuparte que el cáncer reaparezca o que el tratamiento deje de funcionar. Es comprensible que estas situaciones te causen preocupación, pero también es importante que hagas lo posible por proteger tu bienestar, lo que incluye manejar la ansiedad y el estrés que sientas.
¿Sabía que el ejercicio puede ayudar con muchos efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama? Nuestra serie de videos, Ejercicios para aliviar los efectos secundarios, está diseñada especialmente para personas que viven con cáncer de mama, sin importar su estado físico o nivel de energía.
Mire el video de Ejercicios para ayudar con la ansiedad.
Niveles y síntomas de ansiedad
Cada persona responde al estrés de forma diferente. Algunas personas diagnosticadas con cáncer de mama aprenden a controlar la ansiedad con distintos métodos; por ejemplo, acudiendo a una persona para recibir asesoramiento o uniéndose a un grupo de apoyo. Para otras, la ansiedad puede llegar a ser intensa y empezar a interferir en su calidad de vida. Cuando la ansiedad no desaparece, esto se considera un trastorno de ansiedad.
Estos son algunos síntomas del trastorno de ansiedad:
problemas para conciliar el sueño y para no despertarse una vez conseguido (insomnio)
muy poca energía
pérdida del apetito
incapacidad para concentrarse
pérdida de interés en las actividades cotidianas normales
sensación de preocupación, irritabilidad o imposibilidad para ignorar los pensamientos la mayoría del tiempo
La ansiedad también puede causar síntomas físicos como los siguientes:
sudoración
náuseas
dolor en el pecho
aumento de la frecuencia cardíaca (palpitaciones)
dificultad para respirar
dolor estomacal o diarrea
dolores de cabeza
boca seca
escalofríos o temblores
desmayos o mareos
tensión o dolor muscular
ataques de pánico (sensación repentina y paralizante de ansiedad)
Efectos secundarios relacionados con la ansiedad
Ciertos tratamientos para el cáncer, como la quimioterapia, los analgésicos, los esteroides y la terapia hormonal, pueden desencadenar ansiedad continua, ya sea directa o indirectamente, debido a los siguientes efectos secundarios:
cambios hormonales
Factores de riesgo de la ansiedad
También hay factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir ansiedad:
antecedentes personales o familiares de ansiedad o depresión
un diagnóstico de cáncer de mama metastásico o de cáncer de mama triple negativo
ausencia de una red de apoyo sólida de familiares y amigos
problemas financieros
problemas de salud adicionales al cáncer de mama
diversas situaciones estresantes a la vez (preocuparse por la infertilidad, el dinero o el hecho de tener que ausentarse en el trabajo)
Sobrellevar la ansiedad
Si sientes ansiedad intensa constante que interfiere en tu vida diaria, es importante que lo hables con el equipo de tratamiento para el cáncer. Pueden averiguar si uno de tus tratamientos podría estar provocándote ansiedad y, en ese caso, decidir si se te puede cambiar a un tratamiento distinto. El equipo que te brinda atención también puede recomendarte tratamientos para lidiar con los efectos secundarios como el insomnio, la fatiga, los sofocos u otros síntomas menopáusicos, que pueden mejorar la ansiedad.
Manejar la ansiedad es una parte importante del cuidado de tu salud mental tras el diagnóstico de cáncer de mama. También podrías pedirle al equipo de cuidados oncológicos que te derive a un profesional de la salud mental certificado que tenga experiencia en el trabajo con personas diagnosticadas con cáncer. Muchos centros oncológicos cuentan con psiquiatras, psicólogos, psicoterapeutas, consejeros o trabajadores sociales, o pueden derivarte a lugares cerca de tu zona. Algunos hospitales y programas oncológicos también ofrecen clases sobre técnicas de relajación que pueden ayudarte a manejar la ansiedad, tales como la meditación o la conciencia plena.
Reducción de la ansiedad con ejercicio
A través de la mesa redonda del Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva de 2018 se descubrió que había pruebas sólidas de que el ejercicio aeróbico de intensidad moderada y el ejercicio de resistencia durante el tratamiento del cáncer y después de este reducían la ansiedad y los síntomas depresivos. También se encontró que, en general, el ejercicio era seguro durante el tratamiento del cáncer y después de este.
Para ayudar a las personas con ansiedad, Breastcancer.org se asoció con Sami Mansfield, entrenadora certificada en oncología y fundadora de Cancer Wellness for Life, para desarrollar una serie de videos de ejercicios personalizados que puedan ayudar a aliviar ciertos efectos secundarios específicos; entre ellos, la ansiedad.
El video que presentamos más abajo incluye una serie de ejercicios para manejar la ansiedad que pueden ser desafiantes, pero no son demasiado difíciles. Se realizan por intervalos, así que no tienes que preocuparte de contar nada.
Otras técnicas para manejar la ansiedad
Además del ejercicio, existen muchas otras opciones para ayudar a reducir la ansiedad. Por ejemplo:
grupos de apoyo, apoyo individual entre pares o encuentros virtuales de la comunidad de Breastcancer.org
Medicamentos para calmar la ansiedad
También hay muchos medicamentos que pueden ayudar a controlar la ansiedad. Existen dos tipos principales: ansiolíticos y antidepresivos.
Los ansiolíticos incluyen Xanax y Niravam (nombre genérico: alprazolam), Valium (nombre genérico: diazepam), Ativan (nombre genérico: lorazepam), Librium (nombre genérico: clordiazepóxido) y Klonopin (nombre genérico: clonazepam).
Los antidepresivos incluyen Lexapro (nombre genérico: escitalopram), Celexa (nombre genérico: citalopram), Zoloft (nombre genérico: sertralina), Cymbalta (nombre genérico: duloxetina), Effexor FR (nombre genérico: venlafaxina) y Pristiq (nombre genérico: desvenlafaxina).
Algunos antidepresivos, como Paxil, Wellbutrin, Prozac, Cymbalta y Zoloft, interfieren en la capacidad corporal de convertir el tamoxifeno en su forma activa, lo que impide obtener todos los beneficios de este fármaco. Si estás tomando tamoxifeno, pregúntale al médico qué antidepresivos son los mejores para ti.
Tu médico puede colaborar contigo para determinar qué medicamentos alivian la ansiedad con la menor cantidad posible de efectos secundarios. Por lo general, comenzarás tomando una dosis baja al principio y luego, con la supervisión del médico, se aumentará la dosis según sea necesario hasta que mejoren los síntomas. Los ansiolíticos presentan cierto riesgo de adicción, por lo que se recetan para un uso a corto plazo. Los médicos recetan antidepresivos para tratamientos más largos porque pueden transcurrir hasta seis semanas para que el medicamento logre mejorar los síntomas. Aun así, si bien los médicos no consideran que los antidepresivos generen adicción, en un sentido general, sí pueden causar una dependencia.
— Se actualizó por última vez el 22 de julio de 2025, 20:34